martes, octubre 10, 2006

Enero en la Playa (Facto de la Fe y Flores Azules)

Y tu piel es blanca, como esta mañana de Enero. Demasiado hermosa como para ir a trabajar. Y sin pestañear, hablamos con el jefe un cuento chino. Y como niños nos volvemos a acostar. Se supone que debía ser fácil ¿Tienes frío? Pero a veces, lo hago un poco difícil. Perdón. Suerte que tú ríes y no te enfadas. Porque eres más lista y menos egoísta que yo ¿Todavía tienes frío? Bueno. Cierra los ojos un minuto que te llevo a un lugar:

Imagina una calita.
Yo te sirvo una clara.
Es verano y luce el sol.
Es la costa catalana.
Y estamos tranquilos, como anestesiados.
Después del gazpacho nos quedamos dormidos.
Mirando el Tour de Francia
en la típica etapa donde Lance gana imponiéndose
al spring con un segundo de ventaja en el último suspiro,
colgándose a sus hombros el maillot amarillo.
De nuevo el chiringuito.
Un bañito.
Helado de pistacho y partida al futbolín.
Lanzamos unos frisbis.
Jugamos unas cartas.
Y acabamos cenando sardinas y ensalada.
Bebemos, dorados. Hablamos, callados.
La luna. La sal.
Tus labios, mojados. Me entra la sed y pido una copa.
Y España se queda en cuartos, en la Eurocopa..........
Pero nos da igual. Hoy ganaremos el Mundial.
Subimos a casa.
Hacemos el amor y sudamos tanto que nos deshidratamos.
El tiempo se para.
El aire no corre.
Mosquitos volando y grillos cantando.
Y tú a mi lado, muriendo de sueño.
Cansada. Contenta.
Me pides un cuento y yo te lo cuento.
Mas bien lo invento.
Te explico que un niño cruzó el Universo,
montado en un burro con alas de plata.
Buscando una estrella llamada Renata,
que bailaba salsa
con un asteroide llamado Julián Rodríguez de Malta.
Malvado. Engreído. Traidor forajido.
Conocido bandido
en la Vía Láctea
por vender estrellas independientes
a multinacionales semiespaciales.
Y te duermes.

Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios.
Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios.
Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios.
Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios.
Vivan las noches. El sol, la sal en tus labios.

Al principio, como siempre, dormimos abrazados.
Y cuando ya suspiras, me retiro a mi espacio. Me gusta dormir solo. A tu lado de la cama. Esta cama. Hoy repleta de mantas. En esta mañana fría. Fría. Fría. Congelada.Congelada.